La culpa es de Prometeo
Ubi dolor ibi Vigiles
Desde la antigüedad, el fuego ha sido venerado por las personas, ensalzado por religiones y mitologías. El ser humano siempre ha sentido fascinación por él y este ha representado confort, salud, diversión y admiración.
En la mitología griega Prometeo robó el fuego a los dioses del Olimpo para llevárselo a los hombres y aminorar sus males. Pero el fuego, que dá calor y bienestar, puede ser también muerte y destrucción cuando se descontrola.
Por esta razón, el hombre ha tenido que organizarse desde tiempos remotos para protegerse y combatir los incendios. En la época del Imperio romano, bajo el reinado de Augusto, grupos de esclavos se organizaron como milicias para combatir los fuegos descontrolados en la ciudad de Roma; eran los Vigiles.
El primer cuerpo de Vigiles en Hispania se creó en Tarraco en el siglo I d.C.
En la actualidad, sigue existiendo este colectivo y aunque una de sus principales tareas sea la extinción de incendios, los bomberos extienden sus competencias a cualquier situación de emergencia que pueda ocurrir y que represente un riesgo para bienes o personas.
En su mayoría son empleados públicos ya que su trabajo es un servicio esencial para el ciudadano y no debe estar supeditado al beneficio empresarial, como ha ocurrido en determinados momentos de nuestra historia y hoy en día, lamentablemente sigue así en algunos lugares de nuestro territorio.
La culpa es de Prometeo
pretende dar a conocer otros aspectos de la profesión del bombero, saliendo de los clichés
por los que se les identifica y mostrandolos de una manera más pausada,
teatral y cómica pero no exenta de realidad y significado. Cada una de las imágenes
del proyecto habla sobre aspectos concretos de la cotidianidad de la profesión, nada
carece de intención, aunque pueda parecerlo.